El otro día, mientras volaba, tuve, en pleno avión, un dilema horrible.
De postre, dentro de una cajita muy bien presentada con varias cositas para comer y saciarnos a todos los pasajeros en un vuelo que, en realidad, no era más de 3 horas (ojo al miedo que tenemos a estar en ayunas 3 tristes horas…) nos pusieron una barrita de chocolate.
Una barrita.
De chocolate.
¿Quién podría resistirse a una inocente barrita?
¿Qué talibán de la nutrición podría haber en el avión que rechazara esa barrita, que abjurara de ella, que pasara de su cubierta de chocolate?
Que me lo digan, porque yo no fui…
What???
Sí, me comí la barrita y en esto hay algo importante para ti y para tus buenos hábitos.
¿Cómo terminé hincándole el diente a la barrita?
Pues agárrate que vienen turbulencias.
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Al verla al fondo de la cajita se me puso mal cuerpo.
Fue un dilema horrible.
Horrible.
Horroroso, de verdad, sobre todo porque tenía a mi mujer al lado y sabía que iba a ser escrutado y toda mi credibilidad iba a ser puesta a prueba.
—Dios mío —pensaba— si me la como, ¿cómo podré volver a escribir los correos a mi lista de Hábito Nutrición?
“Y si la gente que me sigue supiera la verdad, que me como las barritas de chocolate de los aviones”.
Así que tomé la barrita entre mis manos y la sometí a un breve juicio porque, ¿y si era una de esas modernidades que en lugar de azúcar es proteína y encima de la buena, y en realidad no lleva tanto aditivo ni está tan mal procesada sino que es todo harina integral de garbanzo o almendra con dátiles?
Démosle una oportunidad a la barrita para defenderse, pensé.
Presunción de inocencia para el procesado!
Así que le di la vuelta y miré los ingredientes:
cacao del 40%
azúcar
aceite de palma
sal
maltodextrina
más azúcar con otros nombres
…
Oh, FUK!!!!*
BLOODIE HELL!!
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Esa barrita era la encarnación del mal.
La quintaesencia y epítome de los productos ultraprocesados.
Su abanderada olímpica.
No es que tuviera los cuatro jinetes del Apocalipsis…
… ¡es que tenía por lo menos 7!
Como decía el coronel Kurtz en Apocalypse Now:
El horror, el horror….
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El caso es que me la comí.
Sí, tal cual.
Volveré a esta historia otra semana porque aquí hay mucha tela que cortar y me da mucho pie para hablar de la psicología de la nutrición, uno de mis temas favoritos por ser, de largo, lo que marca la diferencia en la pérdida de peso y en las salud en general.
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Pero hoy no te lo cuento por eso, por hablarte de todo el proceso emocional y psicológico esa escena, sino por otra cosa.
¿Qué cosa?
Porque esta semana estoy hablando de distintos mitos.
El dietista Aitor Sánchez escribió hace años un buen libro al respecto…
Lo que pasa es que la nutrición es como un bebé que en cuanto lo dejas de mirar tres días ha crecido una barbaridad.
Así que conviene actualizarse cada poco porque lo que ayer parecía un hecho, hoy puede no serlo (un saludo a la yema del huevo).
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Bien.
El mito de hoy es si hay que lavar la fruta con bicarbonato después de comprarla.
O antes de consumirla, vamos, el caso es lavarla.
No solo con agua, sino también con bicarbonato.
Al fin y al cabo, lo dice la chica esta que es una influencer de la comida, ¿no?
Bueno, el caso es…
Que se ha comentado el uso del bicarbonato de sodio para lavar frutas y verduras.
Lo que he encontrado en la evidencia científica es que lavar los alimentos con bicarbonato puede ser una práctica útil para eliminar ciertos residuos de pesticidas y contaminantes superficiales.
Sin embargo…
No es cuestión de vida o muerte.
No es necesario obsesionarse con esta práctica.
Un buen lavado con agua puede ser suficiente en muchos casos, especialmente si se combinan con otras buenas prácticas de higiene alimentaria.
Ventajas de Usar Bicarbonato de Sodio
Eliminación de Pesticidas: Diversos estudios han demostrado que el bicarbonato de sodio es eficaz para eliminar residuos de pesticidas de la superficie de frutas y verduras. Este método es especialmente útil para frutas que se consumen con piel, como las manzanas.
Propiedades Antimicrobianas: Aunque el bicarbonato de sodio no es un desinfectante poderoso, puede ayudar a reducir la carga microbiana al cambiar el pH de la superficie de los alimentos, haciendo el ambiente menos favorable para ciertos microorganismos.
Cómo Lavar Frutas con Bicarbonato de Sodio
Para lavar frutas con bicarbonato de sodio, sigue estos pasos:
Preparar la Solución: Mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio en un litro de agua.
Remojo: Coloca las frutas o verduras en la solución y déjalas en remojo durante 10 a 15 minutos. Lo más normal —por cómodo y lógico— es hacerlo nada más las has comprado, antes de almacenarlas.
Enjuague: Después del remojo, enjuaga bien con agua fría para eliminar cualquier residuo de bicarbonato.
Consideraciones y Limitaciones
Eficacia Limitada en Desinfección: El bicarbonato de sodio no es completamente efectivo para eliminar todos los microorganismos patógenos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición indica que el bicarbonato actúa más como un regulador de acidez que como un desinfectante potente
Métodos Alternativos: Para una desinfección más completa, se pueden utilizar otros métodos como soluciones de vinagre, productos comerciales desinfectantes o simplemente un buen lavado con agua y cepillado mecánico
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Conclusones que saco:
Que sí, que usar bicarbonato de sodio puede ser una medida adicional útil para la limpieza de frutas y verduras, especialmente para eliminar residuos de pesticidas.
Muy bien que quieras lavar la fruta con bicarbonato, pero no entendería (y aquí cierro el círculo que había dejado abierto con la barrita de chocolate) que luego te comieras la barrita 10 veces, de 10 veces que te la pusieran delante.
Yo me la comí en el viaje de ida.
Pero la rechacé en el de vuelta. Y en un tercer viaje que me la hubieran puesto delante quiero pensar que, de nuevo, ya lo siento, la hubiera rechazado.
Quiero decir…
¿qué haces tú en tu vida?
En nutrición veo que nos centramos mucho en rizar el rizo, pero que luego nos dejamos por peinar lo más elemental, lo más grueso, cosas mil veces más importantes que lavar la fruta con bicarbonato.
PD - Hagamos dos cosas y saquemos algo positivo práctico de todo esto:
Pregúntate (intuitive etaing): ¿cómo te sienta a ti la fruta si no la lavas con bicarbonato, pero sí con agua? ¿Cómo te sienta cuando la lavas con bicarbonato?
Pregúntate si te estas preocupando de rizar el rizo mientras hay algún área por la que nunca pasaste el peine ni una sola vez. ¿Hay barritas de chocolate en tu vida y fruta con bicarbonato? ¿No es eso, acaso, una contradicción? ¿Pero, no es eso muy humano? Vale, pero siendo humano, ¿crees que sería mejor hacer algo al respecto?
Genial. Animos. Estoy contigo. Felices hábitos y hasta la semana que vien.
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PD2 - ¿Hay algún otro mito que quieras cubrir? ¿Aquarius con diarrea por ejemplo? Dime. Just tell me…
Me he muerto de risa, más emails de este tipo por favor!!! From lost to the river! Maravilloso, sí deberias hacer uno sobre el Aquarius mucha gente lo usa como remedio jajaj genial!
Me he reído mucho con la barrita del avión. Yo creo que eso nos ha pasado a todos jaja.