La Verdad Sobre Los Fármacos Para Adelgazar (Y Por Qué La Mayoría Los Usa Mal)
La mayoría de las personas que intentan perder peso con medicamentos fracasan.
Logran quitarse unos kilos rápido, pero a los 6-8 meses vuelven a recuperarlos.
Razones comunes:
Usan fármacos innecesarios.
No entienden los efectos secundarios.
Creen que sustituyen un estilo de vida saludable.
Desconocen cómo subir y bajar gradualmente la dosis.
Como farmacéutico y nutricionista, he acompañado a docenas de pacientes en este proceso. Aquí tienes cinco pasos clave si consideras o ya usas medicamentos para adelgazar.
Paso 1: Entiende qué medicamentos funcionan
Medicamentos como semaglutida (Ozempic y Wegovy), tirzepatida (Mounjaro), naltrexona/bupropion y orlistat tienen eficacia demostrada.
Semaglutida puede reducir hasta un 17,4% del peso en 68 semanas en personas con obesidad o sobrepeso con comorbilidades. Tirzepatida logra una pérdida mayor (hasta 9,2 kg más que semaglutida).
Si estos fármacos se han hecho así de famosos es porque logran esas impresionantes bajadas de peso. Pero aunque estén regulados con ensayos clínicos sólidos detrás, hay que recordar que todos los medicamentos tienen sus beneficios y sus efectos adversos…
Paso 2: Entiende los riesgos antes de empezar
Suelen causar efectos gastrointestinales (náuseas, estreñimiento o diarrea, que suelen aliviarse con agua).
Más raramente, pueden subir ligeramente la frecuencia cardíaca en reposo o generar problemas serios como alteraciones de tiroides o vesícula, por eso tiene sentido que sean supervisados por profesionales.
Mira, esto de los efectos adversos es un tema que se manifiesta de maneras distintas en cada persona y habrá que evaluar si merece la pena en cada caso.
Lo que nos han dejado claro es que aunque sean seguros (no estarían aprobados por las autoridades sanitarias si no lo fueran) no deben ser usados para perder "unos kilos" por estética.
Estos medicamentos están diseñados para obesidad o sobrepeso significativo con condiciones asociadas:
hipertensión
apnea del sueño
alteraciones de la glucemia (prediabetes o diabetes mellitus de tipo 2)
niveles no adecuados en sangre de triglicéridos, LDL colesterol, HDL colesterol…
enfermedad cardiovascular (haber sufrido algún amago de infarto, o infarto, o ictus, o tromboembolismo pulmonar, o insuficiencia cardíaca o arritmias)
Usarlos mal genera escasez y riesgos innecesarios.
Paso 3: Cuida tu masa muscular
Con cualquier pérdida de peso es esencial proteger la masa muscular.
Semaglutida y tirzepatida no generan pérdidas desproporcionadas, pero es fundamental tomar suficiente proteína y hacer entrenamiento de fuerza.
En los últimos años se ha desatado cierto alarmismo con estos fármacos. A veces, se citan estudios que muestran que aproximadamente el 30–40% del peso perdido con estos medicamentos es masa magra (es decir, básicamente todo lo que no es grasa en tu cuerpo y que mayormente es músculo).
Y sí, eso es cierto, pero es muy similar a la cantidad de masa magra que se pierde con una dieta convencional en personas que no hacen ejercicio.
Es decir, no es algo exclusivo de estos medicamentos.
¿Dónde está el peligro entonces?
Pues en que la gran saciedad que logran inducir estos fármacos puede hacer que sea más difícil llegar a los niveles de ingesta de proteínas que se consideran necesarios para no contribuir a la pérdida de masa muscular a mayor velocidad de la que viene derivada de la pérdida de peso natural.
En otras palabras, aunque lo hagamos todo bien, al perder peso no solo perdemos grasa, sino también masa magra (líquidos y músculo).
¿Cómo reducir al mínimo esa pérdida muscular inevitable?
Asegurando una ingesta adecuada de proteína y realizando entrenamiento de fuerza suficiente.
Paso 4: No sustituyen hábitos saludables
Estos fármacos son herramientas, no soluciones definitivas.
A estas alturas, ya sabrás que lo que realmente logra los mejores resultados a nivel de pérdida de peso es lo que comes, cómo entrenas y cómo descansas.
Es decir, tus hábitos.
Crear hábitos cuesta tiempo y energía, cierto. Pero no caigas en la trampa de pensar que estos fármacos son atajos tan fáciles como aparentan:
Visitas médicas y al nutricionista frecuentes.
Una inversión económica importante.
Mayor ingesta de proteínas.
Inyecciones semanales.
Paso 5: Asegúrate de tener seguimiento profesional
No decidas dosis o duración por tu cuenta. Estos medicamentos no son Aspirinas.
Mi experiencia dice que queda mucho por aprender sobre sus efectos a medio y largo plazo. Deben usarse por ciclos cortos, con pausas para reevaluar, en vez del uso crónico indefinido que promueve la industria farmacéutica.
Un seguimiento profesional adecuado mejora resultados y minimiza riesgos.
Mi Opinión Honesta Como Profesional
En el último año he aparecido en más de media docena de podcasts a raíz de la publicación de mi libro Ozempic & Co: Apagando el Ruido de la Comida, Perdiendo Peso.
Y en muchas preguntas que me hacen compruebo que se sigue viendo todo esto como una elección binaria entre estilo de vida o medicación, como si fueran excluyentes.
La realidad es que yo animaría a cualquiera a comer bien y hacer ejercicio. Eso por encima de todo lo demás. Pero en algunas personas, eso no parece suficiente porque tienen el apetito más desregulado que otras y porque conviene cierta urgencia, ya que tienen “la casa en llamas” como hablé con el Profe Claudio Nieto en esta entrevista (la más cómoda e inteligente en la que me he sentido hasta la fecha).
Ahí brillan estos fármacos: regulan bien el apetito y son altamente efectivos, logrando pérdidas promedio del 15-20% con mejoras metabólicas asociadas.
Son un verdadero “apafuegos” que nos saca de un lugar peligroso en poco tiempo para, después, seguir construyendo mediante hábitos el resto de la vida.
¿Deberíamos educar sobre los posibles inconvenientes de estos medicamentos?
Claro que sí.
¿Deberíamos meter miedo con fármacos que pueden marcar una gran diferencia en personas con sobrepeso u obesidad?
No. Deberíamos educar basándonos en hechos y datos, no en el miedo.
Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la obesidad, lo cual también reduce los costes sanitarios en general. Eso es un impacto positivo.
En Pocas Palabras
Los medicamentos para perder peso pueden cambiarte la vida, pero solo cuando se usan correctamente y dentro de una estrategia integral que incluya dieta, ejercicio y supervisión por parte de un profesional.
¿Estás considerando un tratamiento para perder peso o tienes dudas sobre tu medicación actual?
Escríbeme por Instagram y aclararé tus dudas.
Y eso es todo por esta semana.
Nos vemos el próximo sábado.
PD - Si buscas un plan de nutrición y entrenamiento personalizado, reserva una sesión conmigo en mi asesoría 1:1. Las personas que más partido le sacan a mis planes son aquellas que buscan perder peso y ganar energía en su vida, para construir una existencia más plena.